Conoce el mantenimiento de una chimenea

Conoce el mantenimiento de una chimenea

La chimenea se convierte en los meses de frío en una de las grandes protagonistas del hogar. Ponerse delante del fuego y observar cómo las llamas consumen el combustible tiene un efecto hipnótico, difícil de explicar. No obstante, es fundamental que esté en perfectas condiciones para que todo funcione bien. Y por eso es necesario hacer un buen mantenimiento. Conoce el mantenimiento de una chimenea para que puedas garantizar el confort y la eficiencia de este sistema de calefacción.

Básicamente se puede resumir el mantenimiento de una chimenea en una limpieza en profundidad, realizada regularmente. Aunque existen varios métodos para hacerlo. También hablamos en un artículo anterior acerca de como limpiar la chimenea, por lo que puedes echar un vistazo.

 

Cepillos deshollinadores

En el mercado se pueden encontrar unos cepillos con cerdas duras y formas diferentes, que se adaptan a las características de cada uno de los tubos. Los puedes encontrar redondos o cuadrados, por lo que es importante saber cómo es el interior de tu chimenea y elegir el adecuado.

 

 

El uso del cepillo no tiene ningún secreto. Simplemente se introduce en el tubo y se mueve para arrastrar el hollín, que caerá hacia el hogar para poder retirarlo. Se recomienda utilizar guantes y mascarilla para evitar problemas.

 

Productos que facilitan la limpieza de la chimenea

Hay una larga lista de productos que pueden ayudarnos a eliminar más fácilmente el hollín. Uno de ellos, muy utilizado es el tronco deshollinador, que se coloca en la chimenea encendida y se deja que se consuma con la puerta cerrada, durante más o menos dos horas. Después producirá humo, por lo que hay que mantener cerrada la puerta para que su efecto de secado y desincrustación sea óptimo.

Otro producto muy usado son las bolsas deshollinadoras de mantenimiento. Se trata de un producto catalítico, que reduce la cantidad de hollín que se forma en la chimenea, mejorando el rendimiento de esta durante más tiempo. Al igual que con el tronco, solo hay que introducirla en el hogar cuando la chimenea está encendida, aunque en este caso será cuando queden las brasas. Una bolsa a la semana puede alargar la necesidad de mantenimiento y limpieza regular.

 

 

 

Limpieza de cristales

Además de deshollinar la chimenea es necesario mantener en buen estado otros elementos anexos, como el cristal de la puerta. Existen en el mercado varios tipos de limpiadores químicos, que pueden dejar en perfectas condiciones el cristal.

Siempre es importante hacer estos trabajos manteniendo unas medidas de protección y seguridad, por lo que es necesario llevar guantes e incluso gafas de protección por si acaso.

 

 

Dependiendo del producto que se utilice, o de la técnica para limpiar el cristal de la chimenea, quizás sea recomendable ponerse una mascarilla. Así se evitará aspirar los gases que emanan algunos compuestos químicos, que pueden ser muy peligrosos. Y si es la primera vez que se limpia con ellos, es bueno mirar bien las instrucciones y hacer una prueba en alguna zona donde no se vea mucho, por si acaso hiciera daño al cristal. Lo ideal es que al limpiarlo este quede totalmente transparente, y no haya arañazos o corrosión.

 

Sellado de la puerta

Otro de los aspectos que deben analizarse cuando se hace el mantenimiento es el estado de la puerta de nuestra chimenea. Aunque la masilla que se aplica cuando se instala es ignífuga y soporta temperaturas de ciento de grados, con el paso del tiempo se puede deteriorar, y perder eficacia. Por ello, hay que mirar que no haya ninguna fisura y reparar las que se vean. También es importante mirar la goma que asegura el cierre hermético, por si hubiera que cambiarla. Y si hay restos de hollín, eliminarlos de forma que no cause daños a los materiales.

mantenimiento de una chimenea

 

Limpieza del exterior

La parte exterior de la chimenea también necesita mantenimiento. Con la limpieza habitual de la casa suele ser suficiente, por ejemplo pasando un plumero para eliminar el polvo. En caso de que sea persistente, se puede usar un paño húmedo que sea suave, y encender la chimenea después para que la humedad se seque de inmediato. Los productos químicos no se recomiendan en el exterior porque pueden causar daños a las superficies.

También es importante limpiar los diferentes accesorios para chimeneas que se utilicen, que pueden tener restos de hollín y suciedad.

 

Revisión de rutina

Además de la limpieza, es fundamental asegurarse de que la chimenea está en buen estado. No importa si se trata de una construcción de ladrillos o de un tubo metálico, que haya grietas pueden reducir la eficiencia, además de hacer que por ellas se queden depósitos de hollín y que se vaya rompiendo más.

En caso de detectar alguna fisura, se debe arreglar lo antes posible, siempre con materiales que sean capaces de resistir las altas temperaturas a las que se someten estas piezas. Mortero o masilla resistente al calor, pinturas ignífugas y así por el estilo. Si no se sabe muy bien cómo aplicarlos, lo mejor es consultar con un profesional o dejar en sus manos este trabajo, por la importancia que tiene en la vida útil de la chimenea y la seguridad de quienes habitan en la casa.

 

El mejor mantenimiento

La mejor manera de hacer un buen mantenimiento de la chimenea es con un buen uso de esta. Así se podrá sacar el mayor provecho y evitar problemas que pongan en peligro nuestra salud y la vida útil del equipo.

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