¿Por qué la chimenea hace condensación?

¿Por qué la chimenea hace condensación?

Cuando se instala una chimenea nueva, lo habitual es que todo funcione perfectamente. Aunque hay veces en las que surgen problemas como olor a humedad o condensación. Estos problemas no siempre tienen como origen la propia chimenea, sino también pueden deberse a un  combustible que no es el adecuado. ¿Por qué la chimenea tiene condensación? Veamos.

 

La leña esta húmeda

Cuando se quema la leña, el humo que sube por la chimenea tiene vapor de agua. El porcentaje de este depende de la humedad que tenga la leña, por lo que un exceso puede hacer que la temperatura del humo baje rápidamente cuando llega al final del tubo.

Si el humo tiene una alta carga de humedad, se condensan las gotas de agua al no tener aislamiento térmico. Este agua puede chorrear y bajar en forma de líquido negro, al arrastrar también partículas de hollín.

Solucionar este problema es bastante sencillo, ya que solo hay que escoger una leña bien seca, que haya estado cubierta y reposando al menos durante dos años, puede que más dependiendo del tipo de madera que queremos utilizar. Existen medidores de humedad que nos pueden indicar si la leña está lista para ser usada o no.

 

Malos olores al usar la chimenea

Otro de los efectos de la condensación pueden ser los malos olores. No deben confundirse con el olor que desprende la pintura anticalórica cuando se pone en marcha una chimenea nueva, que es completamente normal y desaparece con el uso. Nos referimos a un olor que recuerda al de una tubería atascada o a algo que se ha corrompido.

Por qué la chimenea hace condensación

En este caso el origen puede ser que no se haya colocado la salida de humos adecuadamente, por ejemplo al poner los tubos en un ángulo muy pronunciado, de tal manera que el humo tarda mucho en salir y el agua se condensa. O quizás no se hayan usado tubos con buen aislamiento, de modo que el agua se condesa, queda en alguna parte y se corrompe, produciendo esos olores tan desagradables.

 

Chimeneas en viviendas de varias plantas 

Cuando se pone una chimenea en una vivienda con dos o tres plantas, suele ser habitual tratar de aprovechar el calor para el resto de plantas. Por eso se usa un tubo sin aislamiento, dejando este solo para el tramo que llega fuera de la casa.

El problema es que si el conducto de la chimenea es muy largo, el tubo está frío al alejarse de la fuente del fuego. El humo se enfría rápidamente y s produce condensación, que puede chorrear por la parte exterior incluso aunque se haya sellado todo bien. Aunque cuesta un poco más, lo mejor es poner tubos con aislamiento para que no se produzca el choque térmico que da como resultado esta humedad. Tal vez sea un coste extra, pero puede ser la diferencia entre disfrutar de un acogedor fuego de leña o terminar por no encenderla debido a que la humedad que se genera en la vivienda es un auténtico problema.

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