Cómo funcionan las estufas de doble combustión

Cómo funcionan las estufas de doble combustión

Los sistemas de calefacción han cambiado bastante a lo largo de la historia, aunque no lo parezca. Lo cierto es que hoy contamos con una amplia variedad de estufas y chimeneas, así como de combustibles, cuyo objetivo sigue siendo el mismo que el que se buscaba al descubrir el fuego: calentarnos y ganar en confort.

Aunque hoy son bastante más eficientes que hace tiempo, como lo demuestran los nuevos métodos de aprovechamiento. Hablemos sobre qué son y cómo funcionan las estufas de doble combustión.

 

¿Qué es doble combustión?

El proceso de combustión es el fenómeno que consiste en convertir un combustible en energía mediante la acción del fuego. Básicamente se trata de dos tipos de energía: la luminosa, que se puede apreciar al contemplar las llamas e iluminar el espacio, y la calorífica, que es sin duda la que más nos interesa.

Cómo funcionan las estufas de doble combustión

Las estufas y chimeneas permiten controlar el proceso, y si usamos un dispositivo cerrado, la energía se puede concentrar todavía más. Si a esto se le añade una fuente de oxígeno adicional, la combustión de la chimenea se multiplica quemando los gases que emite la primera combustión, reduciendo los residuos y logrando que con la misma cantidad de leña se logre más calor durante más tiempo.

La doble combustión es una forma estupenda de mejorar las ventajas de un fuego, reducir la cantidad de humo y restos que no se consumen e incluso de desarrollar estufas con diseños muy originales, combinando el estilo con la eficiencia energética.

 

Funcionamiento de estufas de doble combustión

Como su propio nombre indica, el proceso de doble combustión funciona en dos pasos. El primero es el convencional, que se produce al encender el fuego de leña o de carbón. En esa primera fase se genera una serie de residuos, en forma de gas y sedimentos que se van por le tubo de la estufa si no se hace nada con ellos. Esta es la manera en la que funcionaban las chimeneas y estufas hace unas décadas. Y hay algunas que aún lo siguen haciendo, especialmente las chimeneas de obra, tanto abiertas como cerradas con puerta. Hoy este método se considera poco eficaz y más contaminante.

La segunda combustión aprovecha precisamente los residuos que genera la primera. Por ejemplo, los gases son combustibles si se eleva la temperatura, cosa que se hace inyectando aire caliente antes de que llegue a la salida de humos. Estos gases producen calor, queman más cantidad de residuos y aumentan la eficacia del combustible que se está quemando. Las estufas de doble combustión mejor optimizadas logran un aprovechamiento total, llegando casi a consumir todos los gases y la carbonilla expulsando nada más que vapor de agua. Aunque es bastante complicado de lograr y se considera que len as estufas a leña de doble combustión, 80 por ciento de rendimiento es más que eficiente.

 

Las ventajas de una estufa de doble combustión

Hay sobradas razones para pasarse a un sistema de combustión múltiple, como la doble o incluso la triple combustión. Se reduce la cantidad de combustible necesario para obtener una temperatura confortable, de modo que se ahorra bastante dinero sin renunciar a estar a gusto.

Otra ventaja tiene que ver con la reducción de residuos, ya que estas estufas son amigables con el medio ambiente. Al consumir una parte importante de los gases y residuos sólidos que genera la primera combustión, la contaminación se reduce de forma importante. Lo cual es de agradecer porque todos queremos un aire más limpio y respirable.

Además, hay menos suciedad en las paredes interiores de la chimenea y otros elementos como los tubos de salida. Como resultado de ello las necesidades de limpiar se reducen, y aunque siguen siendo necesarias las labores de mantenimiento y retirada de residuos incrustados de forma periódica, estas se pueden hacer a más largo plazo. La estufa rinde mucho mejor durante más tiempo sin tener que estar pendiente de su limpieza.

Por último, aunque hay otros beneficios que se podrían destacar, se puede mencionar que también son más seguras por razones obvias. Además de necesitar menos combustible, este se consume casi en su totalidad, de modo que los riesgos de que salte una chispa o la estancia se llene de humo es prácticamente nula. También porque una estufa de doble combustión está siempre cerrada, y así se controla todo mucho mejor. Con la puerta cerrada, no es necesario esperar a que el fuego esté totalmente apagado para salir o irse a dormir. Incluso si el fuego se avivara, el combustible se consumiría y no habrá problema.

 

¿Qué potencia tiene una estufa de doble combustión?

La capacidad de generar calor de las estufas de doble combustión dependen en buena medida del modelo elegido. Puedes encontrar estufas y chimeneas capaces de calentar una vivienda o un espacio de hasta 180 metros, así que no tendrás problemas para hacerte con una que se adapte a tus necesidades.

 

Avances tecnológicos en calefacción

La base de las estufas de doble combustión no deja de ser la misma que nos ha calentado a todos durante miles de años. Aunque los conocimientos que se tienen hoy sobre el fuego y el consumo de recursos permite avanzar y lograr una optimización del combustible, ahorrando dinero y mejorando la temperatura de tu hogar.

Y lo bueno es que incluso puedes convertir tu vieja chimenea en una más eficiente instalando una puerta que incorpore entrada de aire para realizar una mejor combustión,

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