Fuego a tierra en el hogar

El fuego ha sido sin duda uno de los grandes descubrimientos de la humanidad. Más que el fuego en sí, la forma de hacerlo y controlarlo para usarlo en nuestro beneficio. Desde que esto fue posible, ni la alimentación ni la vida fueron iguales. Vamos a hablar de la historia que va desde el fuego a tierra en el hogar hasta las chimeneas y barbacoas modernas.

Desde el principio hasta la Antigua Roma

Hay pruebas que indican que el origen del fuego pudo deberse a que el ser humano primitivo vio cómo un rayo hacía arder un árbol. Después ideo un método para transportar y mantener viva la llama. También hay algunas muestras de que los primeros fuegos producidos por el hombre fueron a base de frotar un palo rápidamente sobre un pedazo de madera seca.

En cualquier caso, el centro de la vida estaba al lado del fuego. En las cuevas se colocaba fuego a tierra en el hogar, aunque con la aparición de las cabañas fue necesario tomar medidas para evitar que los materiales de las que estaban hechas ardieran.

Se empezaron a usar una especie de vasijas de barro, que dieron lugar a los antiguos hornos. Con el paso de los siglos en Roma se desarrolló el primer sistema de calefacción bajo el suelo, mucho más seguro porque el humo no entraba en la estancia. Evidentemente, solo las familias más ricas podían disfrutar de este sistema.

La Edad Media y las primeras chimeneas

La ilustración de la Antigua Roma no se supo aprovechar durante el medievo. Volvieron a usarse los fuegos en el suelo, donde también se colocaba un caldero para cocinar. En algunas casas se abría un hueco para que el humo saliera. Pero en viviendas de dos plantas no era posible, de modo que el fuego pasó del centro a un lateral, donde se hacía una estructura de adobe y ladrillo que canalizada el humo hacia fuera. Así fue como nacieron las primeras chimeneas.

El fuego en el siglo XXI

La forma de calentarse y cocinar ha cambiado mucho desde entonces. La llegada de la electricidad supuso un gran cambio. La revolución industrial primero, y después el avance de la tecnología hace que hoy dispongamos de un sinfín de dispositivos con los que subir la temperatura de una habitación o preparar nuestro plato preferido. Aunque también es cierto que la chimenea sigue teniendo sus adeptos, y prácticamente nadie se resiste a ponerse delante de un fuego y ver el movimiento hipnótico que producen las llamas. Sobre todo si en la calle hace mucho frío.

Han cambiado poco desde su aparición, excepto porque hoy se pueden colocar puertas y optimizar el consumo del combustible cuando se enciende fuego en la chimenea. También se puede controlar el tiro, pero en esencia tanto la forma de encender como de usar el fuego en estas sigue siendo el mismo que hace varios siglos.

En realidad es un resumen muy comprimido de la historia del fuego y nuestra relación con él. Aunque sirve para comprobar que nos ha acompañado prácticamente desde nuestros orígenes.